Determinar si un árbol está vivo o muerto puede ser una preocupación común para los propietarios de jardines. Afortunadamente, hay algunas señales clave que pueden ayudarte a determinar su estado de salud. Observar el follaje, examinar la corteza y evaluar la presencia de brotes son algunos de los indicadores importantes a considerar. A continuación, aprenderás cómo detectar estas señales y determinar si tu árbol aún sigue vivo.
Señales de que algo va mal
Si un árbol es caducifolio, lo esperado es que pierda la hoja llegado el otoño y nadie se va a alarmar por ello. Pero, ¿qué ocurre si llega la primavera y a pesar de correr las semanas, éste no brota?
Es cierto que hay unas especies más precoces que otras. Uno de mis vecinos, por ejemplo, saca cada año las hojas antes que el árbol de mi jardín. Incluso dentro de una misma especie pueden existir variedades unas más tempranas que otras. Lo que no es para nada razonable es que estemos a finales de mayo (a no ser que vivas muy al norte) y tu árbol se esté haciendo de rogar. Está claro que algo pasa, ¿verdad?
Otro episodio preocupante suele suceder en verano. Es muy frecuente que, de un día para otro, los árboles se queden pelados, sin otra explicación que la fuerte insolación. Exacto, por ahí van los tiros. No es que se haya adelantado el otoño. Tampoco quiere decir, en este caso, que el árbol vaya a morir necesariamente. Es una respuesta de estrés a una situación extrema.
Gran parte de la culpa la tiene el calor, sí, pero también la falta de humedad ambiental y del suelo. El tiempo cálido y seco de los meses de julio y agosto son demasiado para un árbol plantado hace relativamente poco. La planta se estresa porque no ha tenido tiempo de mover sus raíces. Ahora ya es demasiado tarde; transpira el agua por sus hojas, pero repone poco o nada de lo perdido. Ante un balance negativo como ése acabará purgando sus hojas. En condiciones excepcionales, les puede suceder incluso a árboles añejos con raíces bien desarrolladas.
Puedes prevenir problemas siguiendo algunas prácticas adecuadas al plantar árboles. Es recomendable hacerlo a finales de invierno, principios de primavera o al entrar en otoño para permitirles adaptarse mejor a su nuevo hogar. Evita hacerlo en pleno verano, ya que el calor puede dificultar su establecimiento.
Si el clima lo permite, adelante, pero asegúrate de cuidar también a los árboles más grandes. La falta de agua puede hacer que pierdan sus hojas, pero actuando a tiempo se puede revertir la situación. Sin embargo, es importante tener precaución y no regar por regar. En épocas calurosas, las raíces necesitan más oxígeno, y un exceso de agua podría asfixiarlas. Para saber cuándo regar, verifica la humedad del sustrato a unos centímetros de profundidad.
Continuamos buscando más razones para evitar problemas… Un contacto accidental con productos químicos puede causar la caída de hojas. El árbol se vería seriamente afectado si sus raíces estuvieran expuestas a herbicidas, productos de limpieza o altas concentraciones de sales.
También es posible que haya ocurrido una obra en la parcela. En caso de obras cercanas con maquinaria pesada, el suelo puede compactarse, reduciendo la capacidad de aireación y afectando directamente a las raíces. Las heridas en las raíces o el tronco también pueden ser un problema, ya que pueden permitir la entrada de hongos patógenos.
Son muchas las causas por las que un árbol aparentemente sano muestra su malestar. Paradójicamente, aunque los síntomas se muestren en la copa, la explicación puede encontrarse en el suelo.
Recuerda seguir buenas prácticas al plantar árboles y cuidar su entorno para garantizar su salud y bienestar.
¿Qué opinas?